Hoy el negocio de los servicios ambientales mueve millones en el mundo. Esos millones no son sólo intereses económicos sino también, geoestratégicos.
El disfraz ecologista
Tal como lo vislumbraba Kissinger las futuras guerras del Siglo XXI están siendo por los recursos naturales (agua y petróleo) pero para el Imperialismo uno de los principales problemas es la gente, porque sobran habitantes en este planeta y hacia allí se encamina su estrategia de destrucción.
Esta fundamentación ideológica se ve complementado por la aparición de organizaciones conservacionistas que plantean la “ecología profunda”, un tipo de ecología que no contempla la existencia del hombre y aspira a conservar el medio ambiente sin la vida humana.
Pero aquí surge una clara distinción de clase y de roles en la sociedad capitalista. Los ecologistas profundos impulsan el desplazamiento del hombre de los territorios ricos en recursos naturales, pero los desplazados son los pueblos que habitan esa región o los miembros de las clases sociales bajas (esencialmente los campesinos y los aborígenes), ..
Los tres casos más importantes de estas metodologías concretadas en la Argentina muestran como organizaciones ecologistas del país se prestaron a las compras de tierras realizadas por un ecologista profundo, Douglas Tompkins.
El nuevo dueño del Ibera, excluye y desplaza al hombre simple y silvestre, siempre que éste viva, sobre recursos ricos en biodiversidad. Pero deja en un limbo oculto a los otros instrumentos, también concretos. A saber: la International Fórum on Globalización y la Funders Network Trade & Globalization, organizaciones estas financiadas por las Fundaciones de Rockefeller, de Ted Turner, de la familia Ford y George Soros (algunos de estos personajes forman parte de la mesa ejecutiva de la JP Morgan Chase).
El Centro Rockefeller para Estudios Latinoamericanos -una de las usinas de ideas del Nuevo Orden Mundial, difunde también la posibilidad de fragmentación territorial en Chile…
Las inversiones de Tomkins en el sur latinoamericanos partieron en dos a Chile, imponiéndole la figura del fideicomiso y una serie de condiciones de difícil cumplimiento, las que, de no efectivizarse le permitirían al magnate estadounidense asegurarse el retorno de las áreas a su propiedad o las fundaciones ecologistas que lo acompañan en las maniobras. El mismo mecanismo lo tiene reservado al Gobierno de la Provincia de Corrientes.
Es interesante unir las piezas y ver lo que tenemos. Una fundación ecologista impulsa un plan de manejo (Ecos), un terrateniente norteamericano lo cofinancia (Tomkins) junto al GEF/ Banco Mundial. Ambos tienen el mismo discurso sesgado sobre la sustentabilidad. Tomkins habla de la Ecología Profunda (www.deepecology.com), y Ecos de los animalitos en riesgo (www.ecosibera.com). El círculo cierra sin hablar de lo importante: EL AGUA POTABLE.
Resumiendo: Conservation Land Trust y la Fundación ECOS son el Caballo de Troya del Banco Mundial, los barones del agua y las corporaciones interesadas en su potencial geotérmico. Desde estas usinas se quiere convertir al Iberá en Patrimonio de la Humanidad, para servirlo en bandeja de plata.
El estadounidense Douglas Tomkins, autodenominado filántropo ecologista, tiene cerca de 400.000 hectáreas entre Chile y Argentina; estas compras al ser realizadas bajo legislación estadounidense y patrocinadas por la UNESCO por su carácter ecologista, rompen con la soberanía nacional quedando bajo el amparo de la ONU, pese a violar legislaciones nacionales, como la imposibilidad de tener tierras a menos de 150 kilómetros de frontera terrestre y a 50 km del mar (que la Unión Europea pidió sea reducido en un documento reservado a la OMC en marzo de 2002), ya que en la “reserva” de Tompkins se puede cruzar sin control entre Chile y Argentina. Por medio de Patagonia Land Trust, Tomkins compró 147.000 hectáreas en la provincia de Santa Cruz (El Patagónico, 10/10/02
El disfraz ecologista
Tal como lo vislumbraba Kissinger las futuras guerras del Siglo XXI están siendo por los recursos naturales (agua y petróleo) pero para el Imperialismo uno de los principales problemas es la gente, porque sobran habitantes en este planeta y hacia allí se encamina su estrategia de destrucción.
Esta fundamentación ideológica se ve complementado por la aparición de organizaciones conservacionistas que plantean la “ecología profunda”, un tipo de ecología que no contempla la existencia del hombre y aspira a conservar el medio ambiente sin la vida humana.
Pero aquí surge una clara distinción de clase y de roles en la sociedad capitalista. Los ecologistas profundos impulsan el desplazamiento del hombre de los territorios ricos en recursos naturales, pero los desplazados son los pueblos que habitan esa región o los miembros de las clases sociales bajas (esencialmente los campesinos y los aborígenes), ..
Los tres casos más importantes de estas metodologías concretadas en la Argentina muestran como organizaciones ecologistas del país se prestaron a las compras de tierras realizadas por un ecologista profundo, Douglas Tompkins.
El nuevo dueño del Ibera, excluye y desplaza al hombre simple y silvestre, siempre que éste viva, sobre recursos ricos en biodiversidad. Pero deja en un limbo oculto a los otros instrumentos, también concretos. A saber: la International Fórum on Globalización y la Funders Network Trade & Globalization, organizaciones estas financiadas por las Fundaciones de Rockefeller, de Ted Turner, de la familia Ford y George Soros (algunos de estos personajes forman parte de la mesa ejecutiva de la JP Morgan Chase).
El Centro Rockefeller para Estudios Latinoamericanos -una de las usinas de ideas del Nuevo Orden Mundial, difunde también la posibilidad de fragmentación territorial en Chile…
Las inversiones de Tomkins en el sur latinoamericanos partieron en dos a Chile, imponiéndole la figura del fideicomiso y una serie de condiciones de difícil cumplimiento, las que, de no efectivizarse le permitirían al magnate estadounidense asegurarse el retorno de las áreas a su propiedad o las fundaciones ecologistas que lo acompañan en las maniobras. El mismo mecanismo lo tiene reservado al Gobierno de la Provincia de Corrientes.
Es interesante unir las piezas y ver lo que tenemos. Una fundación ecologista impulsa un plan de manejo (Ecos), un terrateniente norteamericano lo cofinancia (Tomkins) junto al GEF/ Banco Mundial. Ambos tienen el mismo discurso sesgado sobre la sustentabilidad. Tomkins habla de la Ecología Profunda (www.deepecology.com), y Ecos de los animalitos en riesgo (www.ecosibera.com). El círculo cierra sin hablar de lo importante: EL AGUA POTABLE.
Resumiendo: Conservation Land Trust y la Fundación ECOS son el Caballo de Troya del Banco Mundial, los barones del agua y las corporaciones interesadas en su potencial geotérmico. Desde estas usinas se quiere convertir al Iberá en Patrimonio de la Humanidad, para servirlo en bandeja de plata.
El estadounidense Douglas Tomkins, autodenominado filántropo ecologista, tiene cerca de 400.000 hectáreas entre Chile y Argentina; estas compras al ser realizadas bajo legislación estadounidense y patrocinadas por la UNESCO por su carácter ecologista, rompen con la soberanía nacional quedando bajo el amparo de la ONU, pese a violar legislaciones nacionales, como la imposibilidad de tener tierras a menos de 150 kilómetros de frontera terrestre y a 50 km del mar (que la Unión Europea pidió sea reducido en un documento reservado a la OMC en marzo de 2002), ya que en la “reserva” de Tompkins se puede cruzar sin control entre Chile y Argentina. Por medio de Patagonia Land Trust, Tomkins compró 147.000 hectáreas en la provincia de Santa Cruz (El Patagónico, 10/10/02
FINALMENTE QUIEN ES EL QUE CONTAMINA Y A CONTAMINADO LA TIEERA ¿LOS PAISES DEL TERCER MUNDO? ¿POR QUE EE.UU NO SE INTERESA EN EL CUAIDADO DEL MEDIO AMBIENTE ? ¿POR QUE PERU ESTA DENTRO DE LOS PRIMEROS EN EL SUPUESTO CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE?